Con el término constructivismo solemos hacer referencia a aquella creencia que afirma que es posible "destruir" y "construir", racional y centralizadamente, los cimientos de una sociedad, sobre todo en lo que atañe a sus valores, costumbres, relaciones, instituciones y, por supuesto, miembros: el paradigma del constructivismo es en este sentido el mito de la tabula rasa y del hombre nuevo. Para los constructivistas, no importa el pasado, no importan los anclajes ni la tradición ni el condicionamiento: sólo importa la perfección del plan.