Caixa Ontinyent (47 oficinas y 226 empleados) se ha convertido, como la aldea gala de Astérix, en el último reducto del mundo financiero valenciano. Una región que tuvo la tercera y la cuarta caja de ahorros de España, y una entidad, el Banco de Valencia, con 111 años de historia, que fue motor industrial, contempla con resignación cómo cae su imperio financiero. En menos de dos años se ha hundido casi todo. El último ha sido el Banco de Valencia, cuyo agujero se desconoce, pero podría superar los 800 millones.