Nuevas evidencias señalan que el protozoo que causa la leishmaniasis puede dividirse sexualmente en el interior del mosquito que transmite la enfermedad. Gran parte del terror sobre la pasada pandemia de gripe residía en la posibilidad de que el nuevo virus H1N1 pudiera coincidir con el virus estacional en una misma persona, en una misma célula. En su interior, ambos virus podrían intercambiar su material genético, generando una nueva variante del virus que pudiera portar lo peor de cada casa: una alta transmisividad y una mayor letalidad.