El pasado jueves se presentó el nuevo proyecto de la ESCAC de la mano de Kike Maíllo, director de la galardonada EVA, y del alumno Dani de la Orden, recientemente premiado con una jugosa beca. Su benefactor, como tantos otros, es una conocida marca de ginebra que contribuye pagando lo que antes era responsabilidad del ente público. Al finalizar el acto pudimos hablar con Kike Maíllo, director de EVA por la que ganó el Goya al mejor director novel

Su candidatura bate récord y logra un apoyo del 83%. En la nueva Ejecutiva regional serán sus principales puntales Castro y Mariscal, y habrá una mayor presencia de mujeres.

El candidato del PCA a coordinador de IU no es de aparato ni tiene hipotecas internas ni ha vivido de la política, sino de su profesión de docente

En España existe un buen caldo de cultivo próximo al género de ciencia ficción, sin embargo, hasta hace unos años era una tarea inasumible por una cuestión de costes. Estamos en un país con cierto lastre en el desarrollo de este género debido a las tendencias costumbristas del cine español. El cine catalán es producido en Cataluña con dinero catalán y medios catalanes. Tiene cierta marca, que no tiene el cine español todavía, y sí el europeo. La forma como se abordan las historias, la dimensión que poseen, es difícil encontrarlo en España.

"Somos un país que tenemos muy poco amor propio, al menos del tipo de amor propio que lleva a querer lo que hace uno mismo. Estamos como en las antípodas de los franceses, somos anti chovinistas: todo lo que sea de fuera siempre es mejor que lo nuestro. Pero creo que poco a poco esto está cambiando, como ha cambiado ya en el deporte. Ese estigma que se ha roto en el deporte hay que empezar a romperlo en otros aspectos, sobre todo en temas culturales, porque la realidad es que somos un país que es una potencia cultural."

Doctor ¿es posible que me guste el cine y me importen un pimiento actores y directores? Se lo pregunto porque disfruto viendo “No habrá paz para los malvados” o “Un cuento chino”, pero no me interesa absolutamente nada ni lo que pueda contarme Antonio Banderas ni el vestido que se ponga María León. Es decir, que la ceremonia de los premios Goya, la llamada de manera un tanto prosaica “fiesta del cine español”, me parece un coñazo insufrible. ¿Será que carezco de sensibilidad? ¿Soy un ignorante antistema? ¿El glamour y yo somos inmiscibles?

El primer rey asturiano Pelayo habría luchado contra los moros porque exigían el doble de los tributos pactados en lo que sería el germen de la rebelión de Pelayo que dio lugar a la batalla de Covadonga y posteriormente a la Reconquista, según la tesis que defiende Felipe Maíllo Salgado, profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Salamanca.

Eva, la ópera prima de Kike Maíllo estrenada el pasado mes de octubre, ha sembrado un precedente en la cinematografía española, poco acostumbrada a alumbrar películas de ciencia ficción. El riesgo de la ruptura y de la escasez de recursos, que ahora se explican en el libro Eva. Cómo se hizo, también ha sido combatido por el realizador Nacho Vigalondo, que en marzo estrenará su segunda película, Extraterrestre. Ambos cineastas forman parten del motor de un cambio que está macerando en el encorsetado cine español.

El género de ciencia ficción nunca ha sido objeto de abundantes experimentaciones en la historia del cine español. Ha tenido que llegar Kiko Maíllo para demostrar, con su primer largometraje, que el séptimo arte sabe de todos los registros para emocionar al espectador.