Las instalaciones también tienen sus virtudes: celdas individuales de 10 metros cuadrados, televisión, libros... Cada celda posee una cama, un escritorio, estanterías, un armario empotrado, baño, lavabo y un teléfono (con las llamadas controladas, eso sí). Los detenidos pueden trabajar en su defensa y utilizar los ordenadores, aunque tienen restringido el acceso al correo electrónico y a Internet.