El cazador furtivo tiene un nuevo aliado: internet, afirman los defensores de la naturaleza, dispuestos a “domesticar” el creciente comercio ilegal de animales salvajes vivos y de sus restos, como el marfil, las pieles y los cuernos. “El comercio ilegal ha crecido en forma exponencial por lo fácil que resulta vender en internet”, dijo Lynne Levine, portavoz de la organización ecologista Fondo Internacional para el Bienestar Animal.