Jugadores, público, representantes de los medios de comunicación, operarios y patrocinadores conforman una marea humana de 450.000 personas que transitan cada año por el torneo más importante del mundo sobre tierra batida, una competición que se plantea romper con más de 80 años de historia y mudarse para crear "el Roland Garros de 2040". En un día de intensa lluvia como el de hoy, es cuando más surgen las voces que reclaman que este Gran Slam esté dotado de pistas cubiertas que hagan posible el juego, independientemente del clima.