El senador republicano Lindsey Graham acaba de declarar que los drones estadounidenses han matado al menos a 4.700 personas en estos últimos años. En su primera legislatura, el presidente y premio Nobel de la Paz Barack Obama incrementó de manera muy notable el uso de estas aeronaves no tripuladas en Afganistán y Pakistán, además de Irak, Yemen, Somalia, países del Sahel o Filipinas.