[cyp]Se llama Rosa, tiene 29 años y lleva tres viuda y en silencio. La tarde del sábado 3 de abril de 2004, su pareja de toda la vida, un marroquí de 34 años llamado Jamal Ahmidan, le telefoneó dos veces seguidas desde un piso de Leganés. La primera vez, Rosa sólo escuchó sus sollozos mezclados con rezos y cánticos. La segunda, ella le pidió que se entregara y él le contestó: "Si me entrego os arruino la vida a tí y al niño. Perdóname. Sólo te pido una cosa. Que cada vez que mires al niño a los ojos te acuerdes de mí".