Hace una semana, los rayos X más potentes de Europa viajaron a la España de hace 110 millones de años. Los rayos de luz del sincrotrón ESRF de Grenoble (Francia) penetraron en una pequeña pieza de ámbar, desenterrada en el País Vasco, hasta unas profundidades a las que nada había llegado antes. Como en una radiografía de potencia inusitada, la luz traspasó la resina fósil y el caparazón de un escarabajo milimétrico atrapado en ella hasta contemplar, por primera vez en la historia, los ojos y el cerebro de un insecto que habitó la Península...