"Nunca lo hemos pasado peor, fue un nivel de violencia, de agresividad y de planificación que no habíamos visto nunca en Madrid". Un veterano agente de la Unidad de Intervención Policial (UIP) me lo cuenta con la sangre aún caliente y con los adoquines recién arrancados del Paseo de Recoletos. La noche del sábado, las horas que siguieron a una manifestación "ejemplar", según todos lo policías con los que he hablado, fueron las más largas para unos policías acostumbrados a noches muy largas.