Somos las únicas criaturas que lloran de emoción y, al contrario de lo que creíamos, nuestras lágrimas están más asociadas con la cultura y con la educación recibida que con lo que estamos sintiendo. «¿Lloramos porque estamos tristes o estamos tristes porque lloramos?» se preguntaba ya en el siglo XIX William James, hermano de Henry James y uno de los padres fundadores de la psicología. Y es que las lágrimas nos pueden limpiar, pero, al igual que sucede en una inundación, también pueden hacer que una persona se sienta desamparada, empapada ...