Las primeras camas portátiles que se conocen son las romanas, que no eran exactamente camas, sino más bien coches fúnebres, se las conoce como léctica o sandápila, de origen oriental, era considerada un símbolo de decadencia por los romanos, que acabaron convirtiéndola en un popular medio de transporte utilizado mayoritariamente por las mujeres, en las ciudades, donde estaba prohibido el uso de vehículos de ruedas durante el día.