[c&p] Era una figurita esquelética, con el estómago hinchado y bracitos como alambres. No dejaba de llorar. La encontramos en Nambua, comunidad indígena a orillas de un río cristalino. Estaba sola, al sol, en una casa sobre pilotes, sin paredes, con el piso de tablones de madera y el tejado de eternit, algo alejada del resto de la comunidad. Al principio no nos acercamos, creyendo que su mamá o un adulto aparecerían en cualquier momento, hasta que no pudimos ignorar la angustia de su llanto y fue evidente su completo abandono ...