El sastre lleva décadas siendo el preferido de los presidentes de Bolivia, de izquierda o de derecha, y es uno de los responsables del llamado «Evo Fashion», el estilo impuesto en el Altiplano por este gobernante. Ha gozado, además, del dudoso honor de ver en paños menores a la mayoría de los presidentes: a los de izquierda y a los de derecha, a los populistas y a los dictadores, a los gordos y a los espigados, a los brutos y a los letrados. Sillerico sabe que, cuando un presidente está desnudo, se preocupa por la ropa más que por la ideología.