El Príncipe Rainiero ya rompió con el modelo económico heredado del pasado y cimentó un nuevo Mónaco marcado por la especulación inmobiliaria. Alberto II inauguró en 2005 su reinado al cambiar a todo el equipo gobernante, se reservó todas las riendas del poder económico, empresarial, publicitario, policial, audiovisual, político y diplomático, y relegó definitivamente a sus hermanas al puesto de bellos «floreros» de la más alta alcurnia. Alberto II hace gala de su inmenso poder en el Principado. Todo está bajo su control