En un barrio a las afueras de Moscú, huyendo de los colores grises y para dotar de un poco de luminosidad a la umbría ciudad, han decidido pintar los edificios con impresionantes motivos coloristas de grandes proporciones. Más allá del simple grafitti al que estamos acostumbrados, la pintura convierte a los edificios en auténticos lienzos que, en conjunto, hacen de este barrio una impresionante obra de arte de proporciones gigantescas.