igamos que de alguna manera, esta antigua tradicion de celebrar el aniversario del naciemiento de alguien, me ha facilitado que pudiera tener acceso a orejas, que de otra forma, nunca me hubiera atrevido a tocar. Imagino que como yo, muchos de vosotros habreis disfrutado de la tradicion. Bueno, estoy casi seguro de que no soy el unico. He notado en mis carnes, mas bien en mis orejotas, que buenos amigos, sin tener conocimiento de mi fetiche, me han propinado en el cumpleaños, fuertes tirones de oreja que dejaban en evidencia su placer.