El último informe del FMI empeora aún más, si es posible, las previsiones de España para este año. Eleva la caída del PIB hasta el 1, 6%, una cifra peor que las siempre hiperoptimistas previsiones del gobierno Rajoy, y sitúa el paro en el 27% de la población activa (!!). La caída de la actividad económica significa un aumento automático del gasto público, por ejemplo en subsidios de desempleo, y un decremento de los ingresos ante la menor recaudación impositiva.