Lo que no sabía mi hijo es que el pueblo en el que vivimos, en aquella misma guerra, también fue destruido casi por completo. Y digo casi por completo porque quedó una sola casa en pie, siendo destruido el resto del pueblo, la iglesia y el ayuntamiento, con todos los archivos que custodiaban. La localidad en la que vivo formó parte del frente de la Batalla de Brunete y esto causó su destrucción, quedando en pie una casa, conocida como “La Casona”, que hoy alberga un centro cultural y la biblioteca municipal.