Hay cosas que pasan cada año. La Navidad. El Tour de Francia. El Día del Trabajador. Y cada año alguna mente preclara se encarga de recordarnos que la homosexualidad tiene cura. Este año tal honor ha recaído en María Tomás y Garrido. Y se contrae, atención, cuando un varón, en época infante, es sistemáticamente rechazado por las hembras. Esto deriva en las inevitables manuelas púberes que, a la larga, llevan en la búsqueda de un culo del mismo género donde encontrar seminal cobijo.