Resulta fácil dejarse impresionar por las fantásticas pinturas rupestres de cuevas como Altamira y Lascaux. Sin embargo, acompañando a las extraordinarias figuras de uros, caballos y bisontes hay unos signos infinitamente más modestos, pero también más intrigantes. El resultado es fascinante: 26 signos aparecen una y otra vez en estas cuevas. No obstante, muchos de éstos también se han encontrado en otros lugares y otras épocas, lo cual abre la cuestión de cuándo se produjo realmente esta especie de “explosión creativa”.