Cuando los occidentales pensamos en el Irán de hoy, vienen a la cabeza imágenes de mujeres que usan velos, quemas de banderas de Estados Unidos, y las multitudes de militantes gritando consignas nacionalistas. Pero aquellos que tienen recuerdos de Teherán en los años 1960 y 1970 recuerdan un retrato muy diferente de la vida iraní. Antes de la Revolución Islámica de 1979, la capital del país fue una vanguardia cultural.