El título de la obra, "Mujer con sombrero de plumas", no hacía esperar nada fuera de lo común. Pero cuando Philip Mould, historiador y galerista británico, vió la pintura durante una subasta de arte en Nueva York, supo que la obra tenía algo especial. Aquella primerísima intuición le llevó a adquirir el cuadro y, tras la consiguiente restauración, sus sospechas iniciales se confirmaron. Aquella peculiar dama de finales del siglo XVIII (fecha en la que se realizó la pintura), tenía todo el aspecto de ser en realidad un hombre vestido de mujer.