A simple vista es un emparedado normal, como cualquier otro. Pero los ojos engañan. En realidad tiene unas propiedades que le convierten en un alimento único: se conserva en perfecto estado durante, al menos, tres años. Y, además, sabe bien. ¿Cómo han logrado este sandwich inmortal? El truco para prolongar la vida del sandwich radica en controlar el PH, la actividad del agua, la humedad y el oxígeno.