Las parturientas que quieran dar a luz en la maternidad de Hau Sheng, en el centro del Taiwan, son recibidas por una gran estatua de la famosa felina vestida con uniforme sanitario. Después, deben coger un ascensor rosa para subir a la sala de exámenes donde, sí, también aquí, la muñeca les sonríe con dulzura desde los póster de las paredes. La maternidad fue inagurada a principios de diciembre y cuenta con sólo 30 camas. El director confía en que alivie el dolor y el estrés que produce el parto.