Persiste, patética, en conducirse como si aún fuera una poligonera adolescente de marcha por la ruta del bakalao perpetuo. [...] no deja de causar asombro esa audaz mezcla de maniqueísmo atroz, obscena incultura y gozosa ausencia de sentido del ridículo que retrata al personaje. Tara común, por lo demás, a la corte toda de nuevos dirigentes del PSOE, apparatchiks nacidos a la política profesional durante los estertores últimos del tardofelipismo [...]¿Que quieren examinarla, dicen, de valencianidad? Mejor del Graduado Escolar, tronkos.