São Tomé e Príncipe es, desde el día 1 de enero, el segundo país lusófono en tener su moneda en paridad cambial con el euro, paso que promete traer más inversión, pero puede también crear dificultades de adaptación. Cuando aún se discutía si la mejor opción para indexación monetaria sería el euro, el dólar o incluso el franco CFA, cinco economistas defendieran en un estudio del FMI, la opción por la moneda europea, dado que es en la Zona Euro donde están los socios comerciales santotomenses más importantes, como Portugal, España y Francia.