Se trata del Gilbert U-238 Atomic Energy Lab, un juego que pretendía enseñar los caminos de la fuerza, y no precisamente de los jedi, sino de la radiación y la energía nuclear a los niños estadounidenses de principios de los años cincuenta. Hoy se ha convertido en objeto, muy caro, de coleccionismo. El equipamiento del juego era impresionante, varias muestras de uranio, una fuente beta-alfa (Pb-210), una beta (Ru-106), fuente gamma (Zn-65) un detector de destellos, cámara de nubes con su propia fuente de radiación de corta vida (Po-210) ...