Se me han llenado los buzones de perlas tales como "¡feliz 2011!"; "que el 2011 sea mejor, ni que sea un poco"; "¡feliz 2011 y que nos salga un trabajo!"; "que nos vaya mejor que este año que termina" , and so on. Y paralelamente en la calle se me han llenado los oidos de la frase "no sé a dónde iremos a parar" pronunciada con la vista perdida hacia dios sabe qué brumosas perspectivas. O sea, que seguimos depositando nuestra suerte en gobernantes, patronos y billetes de lotería, y hasta en dioses, santos, budas, rituales y magias varias...