Mientras las Damas de Blanco intentaban desfilar pacíficamente en las calles de La Habana, pidiendo por enésima vez la libertad de sus seres queridos, encarcelados desde el 2003 en las ergástulas castristas, el actor Guillermo “Trolledo”, y un grupo movilizado por la embajada castrista en Madrid, gritaban las consignas que les obligaron a aprender de memoria, después de haberlos chantajeado con alguna travesura cometida en Cuba, probablemente de índole sexual.