Entre los habitantes del Himalaya, es famosa la leyenda de aquel hombre que un día envió a su hijo a comprar cigarrillos en la tienda del pueblo, y que el muchacho nunca más volvió. Que regresó cinco años más tarde, ciego de un ojo, sin su mano derecha y sin los cigarrillos, pero que a cambio, orgullosamente le entregó a su padre una Cruz de la Victoria, la más alta condecoración del ejército británico, aquella que sólo reciben los héroes en la guerra. Pues a decir verdad, no es una leyenda.