Hay una guerra en curso. No estoy hablando de las desventuras de sangre de Washington en Afganistán e Irak, sino de una guerra dentro de nuestras fronteras. Es una guerra en la radio, en la televisión y en Internet. Una guerra de palabras e imágenes, de medias verdades, insinuaciones y mentiras furiosas. Estoy hablando de una guerra política, enfrentando a los liberales contra los conservadores, los demócratas contra los republicanos. Estoy hablando de gastos bélicos, impulsados por grupos furtivos y donantes anónimos acaudalados...