El rey de España, Alfonso XIII, mostró tal entusiasmo al ver el nuevo modelo de Hispano Suiza que se ofreció, gustosamente, a cederle su nombre. Los Hispano Suiza se caracterizaban por su rigidez y la fiabilidad de su mecánica, que por supuesto reportaba unas buenas prestaciones. Se decía de ellos que iban adelantados a su época. Desde sus comienzos, en 1904, la marca se había ganado algunos clientes incondicionales.