En apenas 10 días, la implantación del euro por receta en Madrid ha tenido un doble efecto: el primero, la negativa a pagar, como se constata porque el número de formularios repartidos para declararse insumiso ante la medida —“los suficientes”, según la Consejería de Sanidad— se hayan agotado, como informó ayer el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. Este organismo cifró en miles las insumisiones en la primera semana del año. La otra es que algunos usuarios, sobre todo de zonas limítrofes, han empezado a acudir a otra comunidad.