Érase una vez un ordenamiento jurídico demencial y anquilosado, donde un desastre medioambiental tan grave como el del Prestige se dirime en un pequeño juzgado de un pueblecito de A Coruña, en Corcubión, mientras que embadurnar de merengue a un político es materia de la Audiencia Nacional, el tribunal más excepcional y con más medios de España. Este lunes comienza un juicio que, como país, debería avergonzarnos. Se sientan en el banquillo cuatro de los miembros del peligroso comando tartalari, cuatro acusados a los que la presidenta...