Sarika Singh, una niña de catorce años de Cwmbach, sur de Gales, fue expulsada de su escuela en noviembre de 2007 por negarse a dejar de usar su kara, un símbolo de su religión sikh, que según el centro educativo iba en contra de su prohibición de usar joyas. Ahora, nueve meses más tarde, la ley le ha dado la razón a la estudiante. "Me alegro mucho de que nadie tenga que volver a pasar por lo que hemos pasado mi familia y yo. Solo quiero decir que me siento orgullosa de ser galesa y sikh", declaró Sarika.