En la mitología griega, Atlas sostenía el firmamento. Pero en este paisaje cordillerano, bañado por la luz de la Luna, son las cumbres de la cadena himalaya de Annapurna, vistas desde la aldea nepalesa de Ghandruk, las que parecen sostener el cielo [...] Contrariamente a lo que nos indican los sentidos, no son las estrellas las que se desplazaron durante esta prolongada exposición, sino las montañas, o mejor dicho, el planeta Tierra.