Muchos analistas piensan que la debacle del mercado hipotecario en Estados Unidos ha detonado una crisis peor que la de 1929 (...). A pesar de las señales de alarma, una de las razones por las cuales la actual crisis no es todavía percibida en su justa dimensión se debe a que no se ha producido algo similar al Martes Negro de 1929. Ese día, en unas cuantas horas el espectacular ajuste de cuentas adquirió dimensiones de cataclismo y fortunas enteras fueron borradas del mapa contable.