En un periodo de crisis económica, recortes a sectores amplios de la población, no es de recibo que un ex-lehendakari, que ha ostentado un cargo durante un periodo cortísimo de 3 años y medio y que ha ejecutado una nefasta gestión, tras la cual ha dejado multiplicada la deuda del gobierno vasco por 7, cobre un sueldo de por vida, pagado por todos nostros, no a los privilegios de la clase política, que se busque una ocupación y un trabajo como cualquier hombre y mujer del país vasco.