Los fines de semana muestran en España un caprichoso comportamiento meteorológico que parece surgido de la ley de Murphy: en invierno, cuando más difícil es sacarles provecho, los sábados y los domingos tienden a ser menos lluviosos que los restantes días de la semana, mientras que en verano, para desgracia de turistas y hoteleros, la tendencia se invierte, es decir, aumentan las precipitaciones. Estas son las conclusiones a las que han llegado unos investigadores tras analizar los datos de 13 observatorios de la Agencia Estatal de Meteorología