Desde los tiempos del antiguo Egipto y a lo largo de la historia, las monedas se han utilizado como amuletos pensados para ser llevados cerca del corazón, como reflejo de espiritualidad y misticismo. Todos (en mayor o menos medida) guardamos algunas monedas por distintos motivos, ya sea porque nos traen recuerdos de algún viaje, momento especial, una fecha señalada, una persona especial, etc...