Ser del PP, o del PSOE, o de cualquier otro partido no es intrínsecamente malo: unos piensan de una manera, otros de otra. Pero lo que sí es malo, funesto, es que uno sea de cualquier partido sin tener el más mínimo ápice de espíritu crítico.[…]¿Y estás dispuesto a defender la mala gestión, la corrupción, el uso partidista de medios de comunicación públicos, sólo porque son "los tuyos"? ¿No vas a exigirles un mínimo de responsabilidad, de decencia, de honradez? Pues haces mal: no son "los tuyos". Ellos son suyos, y a ti te conocí en la calle.