La escritura china, a semejanza de la jeroglífica egipcia, no emplea palabras, sino caracteres que significan ideas, conceptos o determinadas cosas. Para poder transmitir mensajes telegráficos, los chinos ordenaron por similitud de formas la mayor parte de sus caracteres y numeraron cada uno de ellos. Así pues, cada carácter tiene asignado su grupo o secuencia numérica. Dicho de otro modo, lo que realmente se transmite son grupos de números que definen un carácter. Para descifrar el mensaje, los telegrafistas chinos emplean una tabla conversora