Las administraciones públicas, que se pusieron a los pies del dueño del Málaga, el catarí Abdulá Al-Thani, cuando este desembarcó en la Costa del Sol en junio de 2010, están descubriendo ahora que no es jeque todo lo que reluce. A la complicada situación financiera del club de fútbol, al que la UEFA ha embargado todos los ingresos derivados de su rutilante estreno en la Liga de Campeones, se une ahora el estancamiento de la ampliación del puerto deportivo de La Bajadilla, en Marbella, otro de los grandes proyectos liderados por Al-Thani.