"La cárcel no me ha cambiado", declaró Zahra por teléfono a este periódico desde casa de sus padres en Zagora. "Mis convicciones son las mismas", añadió. "Voy a seguir militando en la Unión Nacional de Estudiantes Marroquíes" (UNEM), el sindicato estudiantil. "También voy a seguir estudiando derecho como lo hice, a trancas y barrancas, en la cárcel". El mes próximo acabará el tercer año de la carrera. "Pero ahora, primero, me siento libre".