Investigaciones desarrolladas en el Centro para la Mente, asociado a la Universidad de Sydney, han descubierto que la estimulación magnética transcraneana, una tecnología aplicada para el tratamiento del autismo, mejora la capacidad intelectual de las personas, capacitándolas para comprender arduas teorías científicas y resolver difíciles problemas matemáticos. El trabajo suscita nuevos interrogantes acerca de los límites de la inteligencia humana y, en general, sobre el funcionamiento del cerebro. Por Eduardo Martínez.