Ocurrió en el cuartel de Intxaurrondo, San Sebastián. Uno de sus agentes, que fue en su día soldado, felicitado oficialmente en ocho ocasiones por su labor en la lucha antiterrorista y con las condecoraciones propias de su categoría ha sido expedientado por falta grave, con suspensión de empleo y sueldo por siete meses, y retirado del Grupo Antiterrorista Rural (GAR) por haber sido a su vez condenado a pagar 2.500 euros por un delito de amenazas a un ciudadano en una discusión privada.