A pocas fechas de la celebración en agosto del Gran Premio de Europa de Fórmula 1, que acogerá el circuito urbano de Valencia, es mayoritario el consenso social en torno a la prueba automovilística. Como muestra, la venta en apenas diez días de las 112.771 entradas previstas inicialmente para seguir en directo el espectáculo. Las molestias por los accesos, los ruidos y la falta de aparcamientos, las inversiones aplazadas en estos barrios frente a la millonaria inversión en el circuito, la falta de información o las incógnitas de futuro.