La localidad valenciana de Buñol ha revivido hoy su singular fiesta de la Tomatina, una amistosa y colorista batalla que ha alcanzado cifras de récord: más de 40.000 visitantes y alrededor de 117.000 kilos de tomates. Con el sonido de la primera carcasa, a las doce en punto de la mañana, la acidez de la hortaliza y su olor no han tardado en invadir por completo la atmósfera de una localidad entregada de lleno a esta loca tradición de estampar el máximo número de tomates posibles en el rostro del prójimo.